2011-06-25

YO ATEO

“la verdad os hará libres. Juan 8:32”


Supongo que casi todos los que me conocen piensan que no soy muy “Religioso”, un círculo más próximo de amigos creen que soy “medio ateo”, la gente cercana a mí me tilda de ateo y los pocos que han tenido la confianza, indiscreción o suerte de preguntarlo saben que soy ateo. La reacción a la respuesta es muy variada, dependiendo de quién pregunta, desde la cara de sorpresa del que me conoce poco hasta la de “lo sabía” del que me conoce mucho. Normalmente después de esto la plática entra en ese terreno áspero y sinuoso de las creencias religiosas, algunas veces en un tono de mutuo respeto, la mayoría en una plática obstinada y circular acerca de porque lo que yo pienso está mal y como es que debería de pensar como el de enfrente.

Más que ateo, me considero un “Libre pensador”, el ser ateo es solo una consecuencia de que mi sistema de creencias está fundamentado en conclusiones a las que yo he llegado y no porque reniegue u odie a la iglesia (esto es consecuencia de conocer parte la historia de la iglesia).

Considero muy importante el respeto a las creencias de los demás, simplemente porque quiero que mis creencias sean respetadas, dicho esto, también tengo que aclarar que parte de lo que yo creo es que la gente debería de tratar de liberarse de sus ataduras y ser más libre para pensar. Este es el motivo de exponer algunas de las reflexiones que me han llevado a declararme ateo, generar discusión, reflexión y espero retroalimentación.

Las creencias “espirituales” se pueden acotar de tres formas: Iglesia, religión y deidad. De forma global, la Iglesia es la más compleja, pero también la más simple de describir, ya que en mi opinión tiene poco que ver con la espiritualidad, la iglesia es “La institución” es la estructura establecida de una religión, primero existe una religión y después una iglesia. Digo que poco tiene que ver con lo espiritual, porque la iglesia es la parte administrativa, burocrática y autoritaria de la religión, es la que estandariza ritos dogmas e impuestos, así que dejemos la iglesia de lado y pasemos a la religión.

Cualquier religión es socialmente aprendida, desde niños se nos impone una serie de ritos y creencias, muchos son los motivos: tradición, fe, estatus social y hasta el lugar donde nacemos. Puesto en un lenguaje más simple una sociedad perpetua un sistema religioso como parte de la identidad cultural.

Es este uno de los puntos más importantes, la mayoría de la gente sigue una religión o cree en un dios porque sus padres se lo enseñaron, algo que he notado en mis discusiones acerca de dios es que la mayoría de la gente da a dios como un hecho porque alguien más le dijo que dios era un anciano que estaba sentado en una silla en el cielo, que al mismo tiempo era una paloma y un carpintero del siglo 1, ¿porque la mayoría de los católicos olvidan que Jesús y la paloma son lo mismo que el anciano de barba blanca?

Es lo que debemos cuestionarnos ¿acaso lo que mis padres me dijeron es verdad?, ¿tiene lógica?, ¿si dios creo el universo y todas las cosas porque en el año 1 decidió que necesitaba una trimorfia?

Quiero creer, mucha gente que pertenece a una religión no pertenece a una iglesia precisamente porque cuestiona los dogmas y las imposiciones de la institución, he aquí que se empieza a diversificar la creencia aunque en general son católicos, musulmanes o judíos, y es que la mayoría de las religiones están basadas en pensamientos primitivos, casi todas contienen actos fetichistas, adorar a un ídolo, sentirse protegido por un objeto, decir un conjunto de palabras para solucionar problemas, pónganle ustedes el nombre de la religión que prefieran. Estos actos responden a un mismo sentimiento el miedo.

El miedo es una emoción muy fuerte, primordial, parte fundamental de la sobrevivencia del ser humano, principal origen de las religiones. La religión surge de la necesidad del hombre de darle explicación a lo que su reducido conocimiento no podía darle explicación, los fenómenos naturales, el origen de la vida y por supuesto la muerte. Muchas de las cosas que el hombre primitivo no podía comprender hoy en día la ciencia nos las ha develado, otras tantas permanecen sin ser entendidas por completo.

Es esta frontera de lo desconocido la que hace que el 96% (en el 2000) de la población mundial crea en un dios, ¿pero porque se cree en dios? Para responder a esa pregunta podemos reflexionar acerca de cuándo es que se busca a dios

Cuando estamos en busca de: Consuelo, esperanza, compañía, certidumbre, salud, respuestas y hasta inmortalidad

Dios para la mayoría de la gente es una figura paterna “Padre mío” es una frase muy asociada al tratar de aproximarse a la deidad personal, una vez más tenemos presente al miedo, tenemos miedo de perder esa figura de respaldo, omnipresente, se puede acudir a ella en cualquier momento. Es un concepto hermoso, pero creo que es algo más humano y mundano que lo que debería ser un ser todo poderoso, creador de la vida y del universo.

Porque no creo en dios…

No creo en el dios de las iglesias porque las iglesias no creen en dios

No creo en el dios de las religiones porque es una explicación de la vida creada por hombres primitivos que no tiene cabida en un mundo moderno

No creo en el dios de los hombres porque soy una persona que entiende que mis necesidades, temores y esperanzas son mías.

Finalmente, no creo en el dios del universo, porque el universo no necesita explicación la vida, la materia, la energía, ES, no fue creada simplemente ES.

Para terminar, quiero dejarlos con un pensamiento profundamente espiritual, que no nace de una religión sino de la ciencia. Italo Calvino en su libro “Las Cosmicomicas” tiene un cuento que habla de ese momento antes del Big Bang en el que todo era uno… espero que esa teoría sea cierta, eso significa que en un momento en el tiempo todos fuimos una misma cosa todos y todo compartimos un mismo espacio, veneremos ese momento en el tiempo y tratemos de ser nuevamente uno.

2011-04-11

Mi ciudad es chinampa en un lago escondido...


Hace ya más de dos años que regrese del Distrito Federal después de haber vivido allá más de dos años

allá, la ajetreada vida de la capital, el hacinamiento que se vive a cualquier lugar que vayas, la suciedad que penetra hasta lo mas profundo de las entrañas del metro, la perspectiva de vivir eternamente en el ciclo: casa-trafico-trabajo-trafico-casa y la terrible distancia entre la familia fue lo que me motivo a regresar a mi pequeña, pero muy querida ciudad de Durango.

Sin embargo extraño mucho MI ciudad.

Extraño vivir a 5 minutos de la cineteca Nacional, donde vi verdaderas obras de arte, películas que me emocionaban y tocaban mi corazón, o el MUNA

L y esa pintura de Dante en el infierno que siempre olvido quien pinto, el café MUMEDI a una cuadra del zócalo, en pocas palabras la vida cultural de una ciudad que tiene algo para todos

Extraño la UNAM no solo porque durante 2 años volví a la vida de estudiante, sino porque tuve excelentes maestros, verdaderos investigadores y líderes en sus campos de investigación, el Maestro Reyna, La Doctora Gemma, mi tutor El maestro Ernesto, con quienes siento la inevitable vergüenza de no haber terminado aún mi tesis.

Extraño la comida, (los tacos del chupacabras, borrego viudo y villamelon,) el metro (con todo y los apretones), Coyoacán (y el café del jarocho) el centro histórico y la diversidad de una ciudad que te acepta como eres, una ciudad que es tan grande, que hay lugar para gente como yo que aquí soy rar

o, incomprendido, solitario.

Extraño muc

has cosas, pero sobretodo extraño a mis amigos, amigos que por la distancia se convirtieron

en una familia sustituta; Luis, Carlos, Mauricio, Nubia, Cesar... a todos los extraño.

Creo que ya caí en los sentimentalismos, no era mi intención, simplemente quiero decirle esto a todos los chila

ngos; extraño el DF porque es una gran ciudad, no por su tamaño, sino por su gente, que

aunque por fuera pareciera que vive en la histeria y la individualidad, la mayoría se ayuda mutuamente. No importa que la suciedad lo cubra todo, siempre se puede contar con una lluvia en la tarde que lave su piel morena.